Le 28/04/12, 2:11
-66.8252411-37.630633733333
22 de Abril de 2012, hoy nos fuimos del camping en Santa Florentina, llovió toda la noche y seguía lloviendo ahora en la mañana, parecía que no se iba a despejar el tiempo. Fuimos hasta la plaza de Chilecito, donde había wi-fi gratis en la plaza, aprovechamos de poner al día el blog y luego tomamos la ruta 40 en dirección a Londres y Belén. A medida que avanzábamos hacia el norte el tiempo iba mejorando, al menos estaba despejado y sin lluvia. Llegamos a Londres en la tarde, que es un pueblito pequeño, no muy atractivo, pero desde aquí se va a las ruinas de Shincal, desde la plaza principal eran 5 Km hasta las ruinas arqueológicas incas. Había que pagar una entrada de $ 5 pesos por persona. Había un pequeño museo con la explicación de lo que se puede ver en las ruinas, historia de los incas, diaguitas que también existían en esta zona, y algunas muestras de alfarería. Luego, fuimos hasta las ruinas, subimos por las escaleras en dos ruinas, que eran sitios utilizados para prácticas religiosas, como están en altura tienen una excelente vista del lugar. Estaba bonito el lugar, con vegetación y varios cerros alrededor. Había una plaza de armas, y un lugar llamado “ushnu” que lo ocupaban para hacer ceremonias religiosas y cívicas. También había unos grandes galpones ó “kallanca”, que se ocupaban como galpón ó sitio de almacenaje. Interesante el lugar. Después nos fuimos y nos quedamos en un camping en camino entre las ruinas de Shincal y Londres, se llama camping el molino, lo único es que no había nadie encargado en el camping, recorrimos el camping y no encontramos a nadie, el camping está conectado con unas cabañas, fuimos a ver las cabañas y tampoco había nadie, así que nos instalamos, debería llegar alguien a cobrarnos hoy en la noche ó mañana.
23 de Abril de 2012, hoy nos fuimos del camping ubicado entre las Ruinas de Shincal y Londres, y no apareció nadie a cobrarnos, había una señora limpiando el camping en la mañana, pero ni siquiera nos saludó y no nos cobró, así que nos fuimos, nos salió gratis la estadía... en todo caso el camping parecía algo abandonado. Nos fuimos hacia el norte por la ruta 40, pasamos Belén, que era un poco más grande que Londres, pero sin mayores atractivos, luego pasamos varios pueblos pequeños, hasta llegar a Santa María (después de unos 200 Km), que era un poco más grande, pero tampoco se veía muy atractiva de visitar. Seguimos hacia Amaicha del Valle. Aquí fuimos al Museo Pachamama, había que pagar una entrada de $ 20 pesos por persona. Vale la pena visitarlo, es muy lindo el lugar. Está todo el lugar construido y diseñado por un artista de la zona que se llama Héctor Cruz. Se ocuparon 2.700 camiones con piedras para poder construir este museo, y lo construyeron trabajadores de Amaicha del Valle y de Quilmes, todo dirigido por el propio dueño. El dueño es autor de muchas pinturas, telares y esculturas. Ahora está construyendo un hotel al lado del museo, con el mismo estilo, donde todos los balcones tendrán vista al rio. Hay unas salas en el museo, la primera sala con diferentes piedras preciosas, identificadas, todas muy bonitas, una segunda sala dedicada a la minería, e incluso se puede entrar a una imitación de una mina que hay dentro de la misma sala de la minería. El guía nos explicó el detalle del lugar y la ubicación de la diferentes ciudades en la región, los valles y ríos existentes. Después el guía nos mostró las principales esculturas que había en el patio del museo y su significado, por ejemplo una escultura a la pachamama, donde sale una mujer embarazada, símbolo de fertilidad, y se encuentra dibujado en el suelo el sol y la luna. Otra escultura era una máscara, donde de un lado representa el sol y del otro lado la luna, otra escultura que muestra las distintas formas de la luna, etc. Todo era hecho con piedras, de diferentes colores. Increíble e impresionante, había muchos cactus en todo el lugar y piletas con agua. También había una mesa redonda gigante con 12 sillas, todo hecho con cuarzo, tanto la mesa como las sillas, las 12 sillas representaban a los 12 apóstoles. En otra sala se encontraba todo lo relacionado con los indígenas que vivieron en los valles de calchaquíes, salían las urnas funerarias que ocupaban, los tipos de vivienda que utilizaban, había una escultura de un chamán, los jarros para tomar agua, los instrumentos musicales, las comidas principales que correspondía principalmente a maíz, quinoa y legumbres, las hierbas que ocupaban, y la apacheta, que es un altar construido por lo general en los cruces de caminos, se construye con piedras, y se utiliza para venerar a la pachamama (madre tierra), para tener buena suerte en los viajes y protege de los peligros. Cada uno pone su piedra en el altar, por eso va creciendo en forma triangular, para agradecer a la pachamama. Además se entregan a la pachamama los vicios, hojas de coca, tabaco y alcohol, y se dice “pachamama, pachamama, cusiya, cusiya” (madre tierra, ayúdame, ampárame, que me vaya bien en el viaje). Pasamos un buen rato en el museo, y luego nos fuimos hacia las ruinas de Quilmes, que quedaban como a 15 Km del museo. Había que pagar una entrada de $ 10 pesos por persona. Estas ruinas eran de los indígenas de la zona. Se podía subir hacia las fortalezas ó fortificaciones, subimos por el lado sur, se llegaba hasta bien alto, y desde ahí se podía apreciar todas las ruinas, estaba muy bonita la vista. Todos los lugares que estaban arriba, que ahora sirven como miradores eran fortificaciones ó puestos de vigilancia, donde había guardias y ellos observaban y cuidaban el lugar. Cuando bajamos había unas llamas, como 3 ó 4 llamas, estaban muy bonitas. Los Quilmes habitan este territorio hace miles de años, y pertenecen a la nación diaguita. Fueron cazadores, recolectores, agroalfareros y pastores. También fueron guerreros en la defensa de su territorio, pero no expansivos sobre territorios de otros pueblos. La expansión inca después de 1.400 pasó por tierras de Quilmes y afectó la arquitectura, costumbres e idioma. En el año 1535 comenzó la conquista y la resistencia de 130 años de varios pueblos de los valles calchaquíes. Los Quilmes fueron trasladados forzosamente a la provincia de Buenos Aires. Actualmente, hay un conflicto en este sector, entre unos supuestos dueños que quieren vender y parcelar el territorio y la disputa del gobierno por la expropiación y privatización de la ciudad sagrada de los Quilmes, además del saqueo y contaminación por parte de empresas mineras transnacionales. Hay un hotel que está al lado de las ruinas de Quilmes y está cerrado ya hace 4 años por estos conflictos. Después, nos fuimos hacia Cafayate, eran como 50 Km de camino desde Quilmes y nos ubicamos directamente en el camping lorohuasi. Valía $ 60 pesos, y tiene de todo, así que muy bien. El señor que nos atendió en el camping era muy simpático, estuvo conversando un buen rato con nosotros, y al final le seguiremos su opinión, ya que estábamos en la duda si ir mañana directamente a Salta por la ruta 68 pavimentada ó bien seguir por la ruta 40 de ripio hasta Cachi y luego tomar otra ruta hasta Salta, que también es de ripio. Según su opinión dice que es más lindo el camino directo a Salta por la ruta pavimentada porque ahí se pasa por la Quebrada de Las Conchas, que vale la pena ver. Entonces mañana seguiremos directamente el camino hasta Salta y no pasaremos por Cachi.
23 de Abril de 2012, hoy nos fuimos del camping ubicado entre las Ruinas de Shincal y Londres, y no apareció nadie a cobrarnos, había una señora limpiando el camping en la mañana, pero ni siquiera nos saludó y no nos cobró, así que nos fuimos, nos salió gratis la estadía... en todo caso el camping parecía algo abandonado. Nos fuimos hacia el norte por la ruta 40, pasamos Belén, que era un poco más grande que Londres, pero sin mayores atractivos, luego pasamos varios pueblos pequeños, hasta llegar a Santa María (después de unos 200 Km), que era un poco más grande, pero tampoco se veía muy atractiva de visitar. Seguimos hacia Amaicha del Valle. Aquí fuimos al Museo Pachamama, había que pagar una entrada de $ 20 pesos por persona. Vale la pena visitarlo, es muy lindo el lugar. Está todo el lugar construido y diseñado por un artista de la zona que se llama Héctor Cruz. Se ocuparon 2.700 camiones con piedras para poder construir este museo, y lo construyeron trabajadores de Amaicha del Valle y de Quilmes, todo dirigido por el propio dueño. El dueño es autor de muchas pinturas, telares y esculturas. Ahora está construyendo un hotel al lado del museo, con el mismo estilo, donde todos los balcones tendrán vista al rio. Hay unas salas en el museo, la primera sala con diferentes piedras preciosas, identificadas, todas muy bonitas, una segunda sala dedicada a la minería, e incluso se puede entrar a una imitación de una mina que hay dentro de la misma sala de la minería. El guía nos explicó el detalle del lugar y la ubicación de la diferentes ciudades en la región, los valles y ríos existentes. Después el guía nos mostró las principales esculturas que había en el patio del museo y su significado, por ejemplo una escultura a la pachamama, donde sale una mujer embarazada, símbolo de fertilidad, y se encuentra dibujado en el suelo el sol y la luna. Otra escultura era una máscara, donde de un lado representa el sol y del otro lado la luna, otra escultura que muestra las distintas formas de la luna, etc. Todo era hecho con piedras, de diferentes colores. Increíble e impresionante, había muchos cactus en todo el lugar y piletas con agua. También había una mesa redonda gigante con 12 sillas, todo hecho con cuarzo, tanto la mesa como las sillas, las 12 sillas representaban a los 12 apóstoles. En otra sala se encontraba todo lo relacionado con los indígenas que vivieron en los valles de calchaquíes, salían las urnas funerarias que ocupaban, los tipos de vivienda que utilizaban, había una escultura de un chamán, los jarros para tomar agua, los instrumentos musicales, las comidas principales que correspondía principalmente a maíz, quinoa y legumbres, las hierbas que ocupaban, y la apacheta, que es un altar construido por lo general en los cruces de caminos, se construye con piedras, y se utiliza para venerar a la pachamama (madre tierra), para tener buena suerte en los viajes y protege de los peligros. Cada uno pone su piedra en el altar, por eso va creciendo en forma triangular, para agradecer a la pachamama. Además se entregan a la pachamama los vicios, hojas de coca, tabaco y alcohol, y se dice “pachamama, pachamama, cusiya, cusiya” (madre tierra, ayúdame, ampárame, que me vaya bien en el viaje). Pasamos un buen rato en el museo, y luego nos fuimos hacia las ruinas de Quilmes, que quedaban como a 15 Km del museo. Había que pagar una entrada de $ 10 pesos por persona. Estas ruinas eran de los indígenas de la zona. Se podía subir hacia las fortalezas ó fortificaciones, subimos por el lado sur, se llegaba hasta bien alto, y desde ahí se podía apreciar todas las ruinas, estaba muy bonita la vista. Todos los lugares que estaban arriba, que ahora sirven como miradores eran fortificaciones ó puestos de vigilancia, donde había guardias y ellos observaban y cuidaban el lugar. Cuando bajamos había unas llamas, como 3 ó 4 llamas, estaban muy bonitas. Los Quilmes habitan este territorio hace miles de años, y pertenecen a la nación diaguita. Fueron cazadores, recolectores, agroalfareros y pastores. También fueron guerreros en la defensa de su territorio, pero no expansivos sobre territorios de otros pueblos. La expansión inca después de 1.400 pasó por tierras de Quilmes y afectó la arquitectura, costumbres e idioma. En el año 1535 comenzó la conquista y la resistencia de 130 años de varios pueblos de los valles calchaquíes. Los Quilmes fueron trasladados forzosamente a la provincia de Buenos Aires. Actualmente, hay un conflicto en este sector, entre unos supuestos dueños que quieren vender y parcelar el territorio y la disputa del gobierno por la expropiación y privatización de la ciudad sagrada de los Quilmes, además del saqueo y contaminación por parte de empresas mineras transnacionales. Hay un hotel que está al lado de las ruinas de Quilmes y está cerrado ya hace 4 años por estos conflictos. Después, nos fuimos hacia Cafayate, eran como 50 Km de camino desde Quilmes y nos ubicamos directamente en el camping lorohuasi. Valía $ 60 pesos, y tiene de todo, así que muy bien. El señor que nos atendió en el camping era muy simpático, estuvo conversando un buen rato con nosotros, y al final le seguiremos su opinión, ya que estábamos en la duda si ir mañana directamente a Salta por la ruta 68 pavimentada ó bien seguir por la ruta 40 de ripio hasta Cachi y luego tomar otra ruta hasta Salta, que también es de ripio. Según su opinión dice que es más lindo el camino directo a Salta por la ruta pavimentada porque ahí se pasa por la Quebrada de Las Conchas, que vale la pena ver. Entonces mañana seguiremos directamente el camino hasta Salta y no pasaremos por Cachi.
